El cerdo lleva décadas ocupando el primer puesto en el ranking de las carnes más consumidas. Aunque según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, su reinado se acaba. Las previsiones apuntan a que, a partir de 2025, el pollo lo desbancará y se pondrá en cabeza. Por algo se trata del producto cárnico cuya ingesta ha crecido más en los últimos años, tanto en los países ricos como en aquellos en vías de desarrollo.
Tal auge se explica porque hablamos de la fuente de proteína animal más barata de mercado, la de costes de producción más bajos. Pero también porque comer pollo no incrementa el riesgo de padecer cáncer, ni tampoco amenaza la salud cardiaca, cosa que sí sucede con las carnes rojas (ternera,cerdo,buey,cordero…). La carne blanca de esta ave es baja en grasas saturadas, rica en proteínas y una buena fuente de vitamina B. Y según un estudio publicando en Archives of internal Medicine en el que se analizó a medio millón de personas, existe una relación inversa entre el consumo de carne blanca y la mortalidad total.
Ikram Rodríguez.
Periodista digital escolar.