En 1839 el escritor inglés Frederick Marryat publicó El barco fantasma, una novela que relataba la leyenda del Holandés Errante. Esta contaba la historia de Willem van der Decken, un avezado capitán pirata de origen neerlandés muy querido por sus hombres. Tras una exitosa campaña, este decidió regresar a Europa, para lo cual debía bordear el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica. La travesía era peligrosa y, convencido de que su barco se hundiría en una tormenta, renegó de Dios. Por ello, fue condenado a navegar eternamente, sin poder pisar tierra firme. Con el tiempo su tripulación fue muriendo y la embarcación degradándose. Así se convirtió en el comandante de un navío espectral. El éxito literario fue tal que surgieron diversas versiones. En una, todo se origina tras una extraña epidemia que se cebó con la tripulación. Cerrados los puertos por miedo al contagio, fueron los marineros los que culparon a la divinidad de su desgracia. Desde entonces el barco se muestra siempre a una cierta distancia de los testigos, a veces resplandeciendo en la noche.
Gabrielle Sánchez y Carmen López.
Periodistas escolares.