En la Revista Musarañas estamos de enhorabuena ya que, Diego Arboleda, que visitó hace poco nuestra redacción, quedó encandilado con la entrevista que le hicimos; también con los artículos y contenidos de la revista. Por ello, ha querido contribuir en nuestra tarea periodística realizando un texto inédito para nosotros. Como no podía ser de otra manera, trata sobre ...¡¡¡ LAS MUSARAÑAS!!!.
Hoy, 23 de abril, Día del Libro, queremos compartirlo con todos vosotros.
Gracias, Diego. Es un honor que nos hayas dedicado estas palabras que nos llenan de entusiasmo, muchas gracias por creer en las pequeñas «musarañas».
¡No os perdáis estas divertidas reflexiones!
Cinco razones (y una pregunta) por las que me gustan las musarañas:
1. Su nombre.
Como escritor, me gustan las palabras extrañas, que suenan a cosas alejadas en la vida cotidiana. Una musa es una divinidad que inspira las artes. Una araña suele inspirar miedo o asco, salvo que seas Spiderman.
2. Su aspecto.
La musaraña despista bastante con su aspecto. Parece un ratón, ¿verdad? De hecho, de ahí viene su nombre. «Mus» en griego significa ratón. Para los antiguos griegos era un «ratón araña». Pero en realidad pertenece a la misma familia animal que los topos. Tiene un hocico alargado, casi una trompa, muy simpático. ¡Y hay unos 300 tipos de musarañas!
3. Su tamaño.
Hay un tipo de musaraña, la musaraña pigmea, que es el mamífero más pequeño del mundo. Mide menos de 5 centímetros. Para que os hagáis una idea, equivale a dos monedas de dos euros, una al lado de otra. Hay que ser muy pequeño para tener el tamaño de dos monedas. Esta es la razón por la que este tipo de musarañas siempre pagan con tarjeta.
4. Su hábitat.
Es muy raro ver una musaraña de verdad. Pero al mismo tiempo es genial que sea un animal que hay por todo el mundo. Tiene lógica. Así los habitantes de todo el planeta pueden ponerse a pensar en las musarañas cuando quieran.
5. Su frase.
Me gusta mucho esa expresión, «estar pensando en las musarañas», estar distraído, que es algo que yo practico a menudo. También me gusta «mirar a las musarañas», que ya no es solo estar distraído, sino que encima estás mirando a un sitio donde no hay nada (ni musa, ni araña, ni siquiera Spiderman).
Y una pregunta:
¿En qué pensarán las musarañas cuando están «pensando en las musarañas»?
¡FELIZ DÍA DEL LIBRO LECTORES!
Diego Arboleda.
Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.